Un programa de alimentación para personas en situación de calle, operado por voluntarios cristianos, expande su cobertura a nuevos barrios. El programa sirve más de 500 comidas diarias.
La iniciativa «Pan para el Camino», que comenzó hace cinco años en el centro de la ciudad, ampliará sus servicios a tres barrios periféricos donde se ha detectado un aumento en la población sin hogar. Los voluntarios reportan un incremento del 40% en la demanda de sus servicios post-pandemia.

